Vivimos en una sociedad repleta de exigencias.; laborales, familiares, económicas, del entorno, personales, etc.
Me atrevería a decir que la exigencia, es valorada de manera positiva por la sociedad.
“Debo que”, “tengo que” prima en todo momento…
Según la RAE: exigencia Del lat. exigentia.
1. f. Acción y efecto de exigir.
2. f. Pretensión caprichosa o desmedida.
Si la has vivido en carne propia, seguramente comprendas perfectamente a lo que quiero apuntar: 👉 esa búsqueda constante de la perfección que es destructora, que nos hace darnos la cabeza contra la pared una y otra vez, ya que la “perfección” nunca podrá ser alcanzada.
La búsqueda de la “perfección” nos aporta en cierta medida, siempre y cuando, no nos obsesionemos con los resultados.
¿Cómo sería eso?
Orientandonos a “lo que queremos”, pero teniendo presente que las cosas son perfectibles siempre ( en ese sentido digo que es “inalcanzable”).
A veces también, toca aceptar que las cosas no salen como uno espera. Y es totalmente valido.
Volviendo al punto (porque ya me fui por las ramas :), cuando hay Exigencia, el “para qué” y el proceso es minimizado.
La exigencia constituye una relación entre dos aspectos: Exigente y Exigido. Esos dos aspectos se manifiestan tanto, cuando nos exigimos a nosotros mismos, cómo cuando exigimos a los demás. (Norberto Levy).
El exigente ordena, quitándole el poder de decisión y opción al Exigido, que es quién acciona. Ejemplos : mente-cuerpo, padres-hijos; jefes-empleados, o el que se les venga a la mente.
Esa relación “Exigente-Exigido”, puede derivar a un estado anímico de resignación y resentimiento por parte del “Exigido”; siendo obligado a una actitud obediente , sin margen de maniobra.
El hecho de exigir, sería como el de dar órdenes, caracterizándose por excluir el «no» como posibilidad de respuesta.
Entonces te pregunto…
💥¿Qué sentido plantearnos algo en estos términos?💥
Como ya dijimos La exigencia que busca la perfección, no acepta errores, sean propios o ajenos.
Una cosa es querer mejorar día a día, incluso plantearnos desafíos. Otro extremo, es ya ser completamente irracionales, poniéndonos metas y expectativas “infalibles”, poco realistas, que solo nos conducen a mayor frustración.
Para salir del estado de “Exigido” (que nos anula), debemos realizarnos preguntas que nos orienten a recuperar la autonomía.
🔍 ¿Qué estas eligiendo hacer y qué no?
🔍 ¿Estas disfrutando?
🔍 ¿Qué quieres, que necesitas?
🔍¿Para qué sos tan exigente? ¿Cómo te sientes al respecto?
Espero les sea de ayuda, me cuentan :D?